Tests de
inteligencia


Tests de inteligencia. -En el Gabinete de Psicología de Santander realizamos test de inteligencia para niños y adultos mediante la utilización de las pruebas de diagnóstico más contrastadas que existen en la actualidad.

Un test es una prueba destinada a evaluar ciertos conocimientos, aptitudes o funciones. Los test de inteligencia (también conocidos como test de coeficiente intelectual, test de C.I. o I.Q. test) intentan medir la inteligencia a través de una medición estimativa del coeficiente intelectual.

Origen de los Tests de Inteligencia.

El estudio de la inteligencia es uno de los temas que más interés ha despertado entre los psicólogos, y fue uno de los motivos por los que la psicología comenzó a hacerse popular. A pesar de que, en la actualidad, el término “ inteligencia ” es una palabra que se emplea con normalidad, esto no era así hace poco más de un siglo.

El concepto es demasiado abstracto y, en general, ha provocado grandes debates entre los distintos expertos. Hoy en día está bastante aceptado que se podría decir que la inteligencia es la capacidad de elegir (entre varias posibilidades) aquella opción más acertada para la resolución de un problema o para una mejor adaptación a una situación. Para ello, el individuo inteligente toma decisiones, reflexiona, examina, deduce, revisa, acumula información y responde según la lógica, así pues es un concepto evaluable mediante una prueba que denominamos Test de inteligencia.

Desde que empezó a estudiarse este concepto, varias teorías han intentado explicarlo: la inteligencia cristalizada y fluida de Raymond Cattell, la teoría bifactorial de Spearman, las inteligencias múltiples de Howard Gardner, por nombrar solo algunas de los más reconocidas.

Y la forma de cuantificarla, los famosos Test de inteligencia también ha sido objeto de numerosos estudios.

Paul Broca (1824-1880) y Sir Francis Galton (1822-1911) fueron de los primeros científicos que quisieron cuantificar la mente. Creían que podrían determinarla midiendo el tamaño del cráneo de los humanos. Su premisa era que cuanto mayor fuera el cráneo, más inteligente era la persona. Algo que hoy en día nos parece un disparate pero que fue el punto de inicio de los test de inteligencia y coeficiente intelectual.

Los primeros Test de inteligencia y coeficiente intelectual

El primer test de inteligencia y coeficiente intelectual moderno en la historia del CI fue el que elaboraron en 1904 Alfred Binet (1857-1911) y Theodore Simon (1873-1961). El ministro de educación francés pidió a estos investigadores que elaboraran una prueba que permitiera distinguir a los niños con retraso mental de los niños con inteligencia normal. El resultado fue el test de inteligencia de Simon-Binet.

El principal objetivo, al crear este instrumento de medición, era detectar las fortalezas y debilidades cognitivas en los niños, para poder planificar programas de intervención adecuados que fomentaran un desarrollo intelectual óptimo. Este test de inteligencia y coeficiente intelectual reunía varios componentes como razonamiento lógico, buscar rimas de palabras y nombrar objetos.

La puntuación del test de CI en combinación con la edad del niño, proporcionaban información sobre su desarrollo intelectual y formulaba la pregunta de ¿Está más avanzado o retrasado que otros niños? El CI se calculaba mediante la fórmula (edad mental/edad cronológica) x 100. Este test llegó a tener un éxito enorme tanto en Europa como en América.

Con este primer test de inteligencia y coeficiente intelectual

se trataba de determinar el déficit intelectual, en comparación con el resto de la población. Acotando su edad mental. Si la puntuación del test determinaba que la edad mental era inferior a la edad cronológica, esto quería decir que había retraso mental.

A lo largo del siglo XIX, en diversos sectores sociales aumentó el interés por la inteligencia como rasgo característico de las personas. Para medirla, los investigadores se sirvieron de instrumentos antropométricos, sobre todo, la craneometría y la medición de los tiempos de reacción, de ahí su denominación inicial de «test reactivo». Como hemos visto, se estima que una persona con la cabeza más voluminosa era más inteligente porque le «cabía» una mayor capacidad intelectual. También se tenían en cuenta los tiempos de reacción ante las situaciones que cuantos más cortos eran más inteligencia se presuponía.

Sin embargo, con el tiempo, se entendió que ese tipo mediciones «físicas» no ayudaban a la hora de predecir el rendimiento académico de una persona, motivo por el que no valían para determinar su grado de inteligencia.

Tests de inteligencia y coeficiente intelectual en el siglo XX

Los tests de inteligencia y coeficiente intelectual arrojan una puntuación denominada cociente de inteligencia o C.I., un término introducido por el alemán William Stern y que fue adoptado por LewisTerman a principios del siglo XX en su revisión del test de Stanford-Binet.

Originalmente, como hemos explicado anteriormente, el valor de este coeficiente se calculaba dividiendo la edad mental de la persona por su edad cronológica, y multiplicando este valor por 100. Por ejemplo, un sujeto de 15 años con una edad mental de 13 años tendría un coeficiente intelectual de (13/15) x 100 = 86. Una puntuación de 100 significa así que el individuo posee una edad mental ajustada a su edad cronológica, mientras que puntuaciones inferiores o superiores a esa cifra indican que el sujeto se sitúa por debajo o por encima respectivamente a la media de la población general. Sin embargo, la mayoría de los test de inteligencia y coeficiente intelectual actuales han abandonado esta estrategia metodológica, y el cálculo del C.I. se realiza ahora mediante una comparación estadística respecto a un grupo de muestra.

Las puntuaciones en los Tests de inteligencia han llegado hasta nuestros días y siguen una distribución estadística normal en campana, con la mayoría de las puntuaciones agrupadas en torno al valor medio de 100. Una persona con una puntuación de 130 es considerada generalmente bajo el pronóstico de sobredotación, mientras que una puntuación inferior a 70 generalmente apunta a una deficiencia.

A mediados del decenio de 1930, David Wechsler contribuyó de manera importante al campo de la evaluación intelectual, unió sus grandes habilidades clínicas con el conocimiento estadístico que adquirió en sus estudios en Inglaterra con Charles Spearman y Carl Pearson. Además, Wechsler poseía una amplia experiencia en evaluación intelectual de los trabajos que realizó durante la Primera Guerra Mundial.

La primera de la serie de las pruebas Wechsler fue la Escala de Inteligencia Wechsler Bellevue en 1939; en 1946 aparece la forma II de la Escala, y en 1949 el WISC, Escala de Inteligencia para Niños que se aplicaba a menores entre 5 y 15 años de edad.

La aportación más importante de Wechsler fue la posibilidad de conjuntar en un solo instrumento las mejores medidas de inteligencia en su época.

La Escala Wechsler de Inteligencia para Adultos (WAIS) del original en inglés: Wechsler Adult Intelligence Scale es un test psicométrico que provee de cuatro puntuaciones (Comprensión Verbal, Razonamiento Perceptivo, Memoria de Trabajo y Velocidad de Procesamiento), y una quinta que se denomina Cociente Intelectual Total.

La primera versión vio la luz en 1939 con el nombre de Wechsler-Bellevue Intelligence Test. A partir de este test, el autor elaboró otros aplicables a otras edades distintas o introduciendo actualizaciones o mejoras por ejemplo, la Escala Wechsler de Inteligencia para Niños (WISC) en 1949 y la Wechsler Preschool and Primary Scale of Intelligence (WPPSI) en 1967.

Pruebas de inteligencia y coeficiente intelectual en nuestros días

Las escalas de Wechsler introdujeron diversas innovaciones en el mundo de los test de inteligencia. Primero, Wechsler se deshizo de las puntuaciones de cociente de pruebas más viejas (la C en «CI»), en su lugar, asignó un valor arbitrario de cien a la inteligencia media y agregó o sustrajo otros 15 puntos por cada desviación estándar arriba o abajo de la media en la que se encontraba el sujeto. Rechazando un concepto de inteligencia global (como el propuesto por Spearman), dividió el concepto de inteligencia en dos áreas principales: área verbal y área de ejecución (no-verbal), cada una subdividida y evaluada con diferentes subtests. Estas conceptualizaciones aún se reflejan en las versiones más recientes de las escalas de Wechsler.

Los CI del WAIS definen un nivel de inteligencia al comparar la ejecución de un sujeto de cualquier edad con los puntuajes promedio obtenidos por sujetos de su mismo grupo de edad. Por lo tanto, el CI puede definirse como una razón entre el rendimiento logrado por un sujeto y el esperado, que es el promedio logrado en la estandarización o adaptación, por su grupo de edad.

El WAIS es hoy en día el test psicológico más comúnmente aplicado y se actualiza aproximadamente cada diez años.

Las puntuaciones que arroja este test de inteligencia y coeficiente intelectual, son las siguientes:

  • 130 o más: Muy superior
  • 120-129: Superior
  • 110-119: Sobre el promedio
  • 90-109: Promedio
  • 80-89: Bajo el promedio
  • 70-79: Limítrofe
  • 69 y menos: Muy bajo

El puntaje CI global es el presentado a nivel estandarizado. A saber: un puntaje de 130 o superior denota una inteligencia “muy superior” (a partir de la media estándar); de 120 a 129 puntos, se denomina una inteligencia “superior”; 110 a 119 puntos, es “normal brillante”; 90 a 109 es una inteligencia “normal”; 80 a 89 es “subnormal”; 70 a 79 es “limítrofe” (define a los casos de borderline o fronterizos); 50 a 69 puntos denota una deficiencia mental superficial; 30 a 49 indica una deficiencia mental media, y 29 puntos o menos denota una deficiencia mental profunda.

En la actualidad el test de inteligencia y coeficiente intelectual WAIS es aplicado en individuos adultos (de 16 a 64 años), sin condicionamiento de raza, etnia, educación ni niveles socio culturales o económicos. Se trata de un examen individual que consta de dos etapas. La primera es la verbal, y la segunda es de ejecución.

En la primera etapa, la verbal, se analizan las funciones según planos de información, comprensión, aritmética, semejanzas y diferencias, retención de datos (dígitos) y vocabulario. La segunda, de ejecución, mide la inteligencia abordando los planos de figuras, diseño de cubos, ordenamiento de formas, ensamble de objetos y elementos, y simbología digital. Cada uno de estos planos es medido en lo que se ha dado en denominar “subtest”. En total 11:

  • Escala verbal:
    1. Subtest de información
    2. Subtest de comprensión general
    3. Subtest de aritmética
    4. Subtest de semejanzas
    5. Subtest de retención de dígitos
    6. Subtest de vocabulario
  • Escala de ejecución:
    1. Subtest de completar figuras
    2. Subtest de diseño de cubos
    3. Subtest de ordenamiento de figuras
    4. Subtest de ensamblar objetos
    5. Subtest de símbolos de dígitos.

Podríamos decir que en la actualidad el test de inteligencia y coeficiente intelectual WAIS es el más utilizado por los psicólogos para medir la inteligencia. El WISC fue desarrollado por el mismo autor que la escala anterior, David Wechsler, como una adaptación de la Escala de Inteligencia de Wechsler para Adultos (WAIS), pero, en este caso, para niños. Al igual que el anterior, nos permite obtener puntuaciones en tres escalas: la verbal, la manipulativa y la total.

EN SANTANDER

Tests de inteligencia y coeficiente intelectual

El test de inteligencia y coeficiente intelectual WAIS es el más utilizado por los psicólogos para medir la inteligencia. El WISC fue desarrollado por el mismo autor que la escala anterior, David Wechsler, como una adaptación de la Escala de Inteligencia de Wechsler para Adultos (WAIS), pero, en este caso, para niños

Tests de inteligencia para niños

Tests de inteligencia para niños. -La noción de inteligencia hace referencia a saber escoger las mejores opciones disponibles para solucionar un problema. Por eso está relacionada con la capacidad de asimilar, entender y elaborar información para utilizarla en forma adecuada.

Wechsler define la inteligencia como: “la capacidad global o compleja del sujeto para conseguir un fin determinado, pensar de una manera racional y tener relaciones útiles con su medio”.

Mediante las escalas de Wechsler, el cociente intelectual se obtiene a partir del análisis de los resultados que ha obtenido un sujeto al realizar una serie de pruebas (Tests de inteligencia) y comparándolas con las puntuaciones alcanzadas por sujetos de la misma edad en los mismos ejercicios.

Disponemos de las últimas versiones de los tests de inteligencia para niños de las escalas wechsler que evalúa la inteligencia en niños a partir de 6 y hasta 16 años, y también los tests de inteligencia para adultos a partir de 16 años y hasta 90 años.

Estos tests de inteligencia están elaborados para aplicarse a todas las personas sin condicionamiento de raza, etnia, educación ni niveles socio culturales o económicos. Es decir, que la educación o los recursos educativos a los que haya podido acceder a los largo de su vida no constituyan un problema para la persona respecto a personas de su misma edad cronológica.

También disponemos del resto de pruebas complementarias que arrojan los datos que queremos obtener para confirmar o descartar las altas capacidades.

En el Centro de psicología de Santander proporcionamos las mejores condiciones para las pruebas de los tests de inteligencia para niños y coeficiente intelectual. Intentamos proporcionar un espacio de confianza y seguridad para fomentar la concentración, así como para maximizar el rendimiento y potencial de la persona.

El procedimiento consta de la administración de 15 pruebas distintas que la persona procederá a resolver y mediante las cuáles obtendremos una puntuación que reflejará su aptitud en dicha escala.

Las puntuaciones que arroja estos tests de inteligencia y coeficiente intelectual, son las siguientes:

  • 130 o más: Muy superior
  • 120-129: Superior
  • 110-119: Sobre el promedio
  • 90-109: Promedio
  • 80-89: Bajo el promedio
  • 70-79: Limítrofe
  • 69 y menos: Muy bajo

Así pues, aparte de la obtención de un índice de funcionamiento general (CI), obtendremos información sobre sus competencias, a partir de la cuál podremos saber en qué áreas o ejercicios el niño o adulto muestra un rendimiento por encima de la media y en las cuales le resultará más asequible destacar respecto a las demás personas de su misma edad cronológica.

Una vez realizada la evaluación entregamos un informe detallado con toda la información obtenida y explicaremos el contenido de este y para poder resolver cualquier cuestión que pueda surgir.

Los tests de inteligencia para niños, en definitiva, presentan una serie de ejercicios que se deben resolverse en la menor cantidad de tiempo posible. De acuerdo a las respuestas positivas dadas por el sujeto, se obtiene un resultado estimativo que mide su C.I.

También hay que tener en cuenta que el C.I es uno, pero no el único, parámetro para confirmar o descartar las altas capacidades.

Los tests de inteligencia para niños en el ámbito escolar:

La inteligencia y el rendimiento académico no son siempre dos factores correlacionados. Los expertos afirman que un alto porcentaje de niños calificados como superdotados experimentan un fracaso escolar porque no se atienden de forma específica sus necesidades.

Los tests de inteligencia para niños son de gran utilidad para poder diagnosticar a estos alumnos y, de forma posterior, aplicar las adaptaciones necesarias para un progreso académico favorable. En el caso de las altas capacidades y superdotación los tests de inteligencia para niños se realizan para identificar niveles altos de desarrollo intelectual.

Estos tests de inteligencia para niños también son muy útiles en el contexto escolar porque permiten identificar problemas específicos de los alumnos en determinadas áreas de aprendizaje y valorar su avance durante el periodo que se determine.

Las pruebas se realizan cuando un menor presenta dificultades reiteradas en su proceso académico, el cual no mejora con ninguna otra estrategia; para identificar déficit cognitivo en diferentes niveles como pueden ser, déficit cognitivo o retraso mental leve, moderado, severo o profundo.